miércoles, 26 de marzo de 2014

Crítica cinéfila - La bella y la Bestia (2014)


Antes de La bella y la Bestia, los dos trabajos más conocidos de Christophe Gans eran El pacto de los lobos (un coñazo) y Silent Hill (una maravilla, aunque no gracias a su dirección), ambas películas con una dirección muy discreta, pero con algo evidente: poderío visual.

La bella y la Bestia tiene un comienzo poco prometedor: típico a más no poder, mucha información sin importancia, añadidos del cuento original que no llevan a ninguna parte, los protagonistas tardan mucho en aparecer y ante todo, aburrido. Y aún con eso, al ser tan bonita, sigue manteniendo el interés, aunque solo sea por ver con que nueva floritura artística nos sorprenderá.


El guión no solo abusa de la excusa de "es un cuento de hadas, así que cualquier tontería vale", sino que tiene multitud de incongruencias. ¿Un viejo escapa sin problemas de media docena de maleantes? Sí. ¿Un hombre se duerme indefinidamente de pena? Claro que sí, campeón. ¿Pistolas del siglo XVII disparan una buena cantidad de balas sin necesidad de recargar ni una sola vez? Todo esto y más. Se podría perdonar con una buena relación de amor entre los dos protagonistas, pero es incluso más brusca que la versión de Disney, que ya es decir. Ojo, al final tiene un subidón de interés considerable, pero el daño que se ha hecho con el insustancial comienzo es incurable.

Ni siquiera la presencia de dos pedazo de intérpretes como Vicent Cassel (El odio, Cisne negro, Promesas del este) y Léa Seydoux (La vida de Ádele) ayuda, ya que ni sus personajes están bien construidos ni parecen esforzarse demasiado. Sonará a sacrilegio, pero diría que la actuación que más destaca es la de Eduardo Noruega, ya que al menos su personaje tiene algo de carisma (además de que no se ha doblado a él mismo, lo cual ayuda mucho).


Y a pesar de todo, me ha gustado, ya que su apartado audiovisual es realmente impactante. Las escasas escenas de acción tienen un buen montaje, los efectos especiales quedan muy bien, la música encaja muy bien con la ambientación y sobre todo, artísticamente es todo un portento. Panorámicas del castillo, el contraste de los colores, el uso de la cámara lenta, diseño de los seres mágicos, el crecimiento acelerado de las plantas...

No me ha parecido una película con altos valores cinematográficos, pero es muy bonita de ver, lo repetiré todas las veces que haga falta. Christophe Gans tiene la virtud de conseguir que sus películas tengan una factura visual apabullante, aunque no logre darles el ritmo que necesitan. Si su próxima película tiene un buen guión (como ya lo tuvo esa obra maestra olvidada como lo es Silent Hill), es un hombre al que tener en cuenta.

Nota: 5'9/10


No hay comentarios:

Publicar un comentario