Devil May Cry 3 es con toda seguridad uno de los videojuegos mejor diseñados que he visto nunca: el personaje tiene tanto carisma que come pizza mientras humilla a sus enemigos (¡!), los escenarios están cuidados hasta niveles casi enfermizos, la música encaja perfectamente, los enemigos tienen un diseño, una brutalidad y una forma de moverse que cualquier otro protagonista de cualquier otro videojuego no hubiera tenido nada que hacer, la historia y la evolución de personajes siempre es coherente con el sistema de juego...
Por si fuera poco, antes de que apareciese en el mercado Brütal Legend, lo consideraba el videojuego de heavy metal definitivo. Ya no por lo música (que también), si no porque la música encaja con lo que se ve y con lo que se juega, algo que pasa muy pocas veces, por desgracia.
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