domingo, 28 de diciembre de 2014

Crítica cinéfila - Big Hero 6


Soy un gran aficionado y experto a las películas de animación de Disney, aunque no dé muestras de ello en estos entornos de internet. La Disney de principios de los 90 con La bella y la bestia (algunos dirían que con La sirenita) creó el que es tal vez uno de mis sub-géneros favoritos dentro del cine mayoritario: la animación para todos los públicos. Sí, es posible que otras películas anteriores como La bella durmiente o Peter Pan sean grandes películas, pero se trataban de películas infantiles.

Lo que se estrenó dentro de la animación tras La bella y la bestia (generalmente) se trataban de películas muy entretenidas, normalmente en clave de comedia, muy divertidas para los más pequeños y con algo de chicha para los adultos. Supongo que no hay que ser muy avispado para darse cuenta de que Pixar se basa exclusivamente en ésta fórmula, y todos sabemos lo bien que les ha ido.


Como ya dejé claro tanto en su día con Enredados, ¡Rompe Ralph! y Frozen, estaba volviendo el momento de esplendor de Disney. No al nivel de los años 90, pero con un estatus de calidad más que notable. Por desgracia, temo que han llegado a un pequeño bache.

Big Hero 6 es, sobre el papel, una estrategia de marketing brillante. Los niños más pequeños no podrán ver Los Vengadores 2 por las calificaciones de edad, pero les creas la afición por los superhéroes desde su infancia para que vean lo mucho que molan y de esa manera les tengas en las salas en el futuro con alguna de los dos partes de Los Vengadores 3. Y precisamente en molar es donde está la que es seguramente la mayor baza de la película: Big Hero 6 es técnicamente irreprochable, con algunas escenas de acción magistrales donde se notan las toneladas de dinero tras la producción.

Es en su guión, únicamente en su guión, es donde falla Big Hero 6. Y no estoy hablando de un malo mal definido, poco carisma del protagonista o diálogos poco naturales. Estoy hablando de todos estos fallos unidos a una historia previsible hasta el extremo más absurdo.


Todo, absolutamente todo, lo he visto en montones de películas, y en la mayoría de ellas, con una resolución más satisfactoria. El protagonista, como es costumbre en la compañía del ratón, ha sufrido pérdidas, pero nos lo hacen saber a través de conversaciones mal encajadas y en contextos muy manidos. El malo tiene un catalizador para ser malo, pero es muy brusco y simple para luego convertirse en quien se convierte. Los secundarios tienen una personalidad muy basada en tópicos y su aspecto no es acorde con su personalidad.

Y para colmo, antes de la proyección de Big Hero 6, proyectaban Buenas migas, un cortometraje sobre un perro y su dueño, el cual tiene más chicha, más talento en lo narrativo y más carisma que la susodicha película de superhéroes, todo ello, atención, con una diferencia de duración de 102 minutos.


Puede que el corto tenga mucha calidad y sea injusto comparar dos medios tan distintos comercialmente hablando, pero es una buena muestra de como Big Hero 6 no cumple con las expectativas que se tenían sobre ella. Esperemos que se trate de un simple tropiezo en estos últimos años en los que Disney ha mostrado tan buen nivel.

¿Por qué no la suspendo entonces? Pues básicamente por el ya mencionado poderío visual, una correcta banda sonora y su agradecido sentido del humor, en especial gracias al personaje de Baymax. La película puede resultar frustrante por lo predecible de su historia, pero lo que es seguro es que en ningún momento es aburrida, más bien todo lo contrario, y al fin y al cabo, eso es lo más importante en una película de estas características.

Nota: 5'9/10


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