sábado, 20 de diciembre de 2014

Crítica de serie - Hannibal


Si hay una cosa que odio en las series, son lo capítulos procedimentales. Puedo entenderlo si se toman al pie de la letra esa máxima de "al final del capítulo todo sigue igual", tal y como pasa en series tan míticas como Los Simpson o Mr. Bean, pero no lo aguanto en series serias (valga la redundancia), ya que deja muy claro que se trata de relleno en la trama central. Pero claro, para todo hay excepciones, y como se podrá adivinar, la excepción en mi caso es con la serie Hannibal.

Hannibal nos narra la entrada en el cuerpo del FBI de Will Graham, un psiquiatra forense que tiene una extraordinaria habilidad para empatizar con los asesinos en serie que busca, por lo tanto, es toda una eminencia en su campo. Pero claro, tanto hacerse pasar por locos homicidas le pasa factura en su desquiciada cabeza. Para acabar de rematar su preocupante salud mental, se cruza en su vida el doctor Hannibal Lecter, un personaje que no creo que requiera presentación.


Aunque está claro que las actuaciones de Mads Mikkelsen, Hugh Dancy y Laurence Fishburne le añaden mucha enjundia al producto, no valdría para nada si no tuvieran un buen guión detrás, y como no podía ser de otra manera, el guión es muy bueno. Utilizando a la perfección la estructura procedimental en la primera temporada (al fin del al cabo son agentes de la ley, tampoco molesta demasiado) y siguiendo un esquema más lineal en la segunda; tiene unos giros de guión y unos diálogos profundos, creíbles y con un uso del lenguaje más que bueno. No olvidemos que los tres protagonistas son extremadamente listos, lo cual mola siempre que está bien hecho.

Y ya que hablo de lenguaje, es buen momento para nombrar el que es sin duda el aspecto más destacable de la serie: su lenguaje cinematográfico. La forma de enfocar los planos, la forma de contarnos cosas solo con el lenguaje visual, la simbología, lo espectacular de algunos asesinatos, el cambio de iluminación cuando Will Graham está imaginando asesinatos, las escenas en las que Hannibal cocina, la belleza estética de la violencia... La serie podría tener un argumento de mierda y unas actuaciones penosas, que a pesar de todo seguiría siendo jodidamente hipnótica.


Odio utilizar estos palabros, pero la mejor definición que se me ocurre para la serie sería la siguiente: "gafapastada gore con ciertos toques post-modernos y gran gusto estético con ciertos elementos que facilitan su visión a gente menos experta al mundillo pero sin degradarlo lo suficiente como para que los más expertos en la materia la puedan disfrutar como un gran producto audiovisual y narrativo".

Ahí lo dejo.

Nota: 8/10



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