miércoles, 26 de agosto de 2015

Crítica comiquera - Crisis en Tierras infinitas


Es imposible comenzar esta crítica sin antes poner en contexto. ¿Qué es Crisis en Tierras infinitas? Es un crossover entre los personajes de DC, con la única intención de dar una coherencia argumental a tantos años de incoherencias. ¿Cuál es la idea? Decir que cada incoherencia estaba causada por estar ambientada en un universo paralelo. ¿Cómo conseguir que los nuevos lectores no se vean abrumados ante 50 años de DC Comics? Destruir (literalmente) todos los universos que no interesan y dejar únicamente los que interesan.

Creo que ha quedado claro que el propósito de esta mini-serie era únicamente mercantil. Por ello, era inevitable que aparecieran muchos personajes de DC. Que enorme ha sido mi sorpresa al ver que salen todos los que existían en ese momento. Literalmente. Aunque sea en una imagen lejana.

Como lector de cómics que se acaba de iniciar en este mundillo, eso de meterme en una historia donde aparecen 500 personajes se me hacía desalentador, pero para mi sorpresa, no me he visto abrumado por ello. A la inmensa mayoría no los conocía, pero no ha evitado que no comprenda sus motivaciones y formas de actuar. Solo por este punto, Marv Wolfman se merecería mis respetos, pero el guión de esta saga tiene muchos otros puntos a favor.


Por ejemplo, la importancia que logra darle a todos los personajes, desde a un todopoderoso Superman a un aparentemente inútil en Constantine. La lectura es muy exigente en ciertos momentos por la gran cantidad de personajes que nos encontramos, por lo que recomiendo tomarse esta obra con calma.

Otro punto a favor es como con algo tan simple (la batalla entre el bien y el mal), nos construye una historia llena de matices, con multitud de semillitas aparentemente sin relevancia pero que tienen una importancia brutal una vez avanzamos con la lectura. Por no hablar, del catalizador de algunos héroes para sus acciones.

Podría estar mucho tiempo nombrando las virtudes de Marv Wolfman, pero no sería justo, ya que los dibujos de George Pérez son una parte esencial en su narración. La construcción de viñetas y la forma que tienen de entrelazarse entre ellas es toda una delicia, muy impropia del cómic de aquella época y que me encantaría que fuera más común hoy en día.


Donde se luce especialmente es en los dibujos multitudinarios, aunque sea una pequeña viñeta y en ésta aparezcan 10 superhéroes, habrá diferencias notables entre ellos, incluso con versiones alternativas de ellos mismos. A destacar, sobre todo, la tan famosa portada, una auténtica barbaridad en lo que a la atención al detalle se refiere.

Lo mejor es que aunque sea una historia de superhéroes de pura cepa, si eliminamos el factor superheroíco, sigue siendo una gran historia. Cambiamos al Anti-Monitor por antimateria, cambiamos a Superman por autronautas, y sigue siendo una historia fabulosa de ciencia ficción.

Por desgracia, es un producto muy hijo de su tiempo. El coloreado es como es, lleno de colores y con sombras muy extrañas. Se están peleando cada dos por tres, y mientras lo hacen, no paran de hablar. Hay bocadillos de pensamiento para cada puta cosa, dejando muy obvio cosas que el lector se podía suponer solo con los dibujos. Pero aún a pesar de estos fallos, fallos que en una obra peor no perdonaría, Crisis en Tierras infinitas me ha parecido una obra muy recomendable. Tal vez de lo mejor que he podido leer dentro del género superheróico.

Nota: 9/10


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