domingo, 6 de marzo de 2016

Crítica comiquera - Secret Wars


Secret Wars supone algo especial para mí, ya que es el primer evento editorial que he leído al día en el poco tiempo que llevo en el mundo del cómic. Y la verdad, he salido muy contento. Sí, mis temores de que tendría referencias que no pillaría al universo Marvel y mini-series satélite que contasen partes importantes de la trama se han vuelto realidad, pero a pesar de ello, la obra tiene bastante calidad en su conjunto como para ser recomendable para cualquier lector, sea asiduo de Marvel o no.

La base viene a ser la misma que el altamente exigente Crisis en Tierras infinitas: todas las realidades alternativas están siendo destruidas, pero al final solo queda una. Lo original viene con el número 2 y las consecuencias: al final, lo que queda es un lugar extraño, lleno de trocitos de realidades alternativas, con un factor común en todas sus zonas: Victor von Doom es el dios, y para más inri, un dios bondadoso.

Aunque es necesario conocer un poco el contexto Marvel, me ha sorprendido que la historia y sus personajes estén lo suficientemente bien construidos como para ser interesantes a cualquier tipo de lector. Por ejemplo, sabemos que hay un muro que protege a los reinos de unos zombis. Un lector que no ha leído nada de Marvel no sabe que es el muro, no sabe que son esos reinos ni sabe que son esos zombis, pero Jonathan Hickman nos lo plantea de forma de que estemos interesados, y además, con muy pocas líneas de diálogo. El mejor ejemplo que se me ocurre es la siguiente imagen:


Vemos unos soldados arrodillados sirviendo a su rey, a una mujer claramente sumisa y al rey propiamente dicho en un trono que no acaba de encajar con todo lo visto anteriormente, además de uno de los súbditos derrotado. Dicho de otra forma: una historia de intrigas palaciegas muy bien llevada, pero que si nos adentramos en más de 50 años de historia Marvel, adquiere mucha más dimensión. ¿No es acaso maravilloso como concepto?

Por cierto, ya que he usado una imagen como ejemplo, creo que conviene destacar a Esad Ribić, el dibujante de la serie, el cual hace un trabajo notable. Una buena parte de que las cosas tengan sentido, hayamos leído Marvel o no, es culpa suya. Gracias a los planos elegidos y a su maestría a la hora de dibujar expresiones faciales, ya valdría la pena leer Secret Wars, aunque tuviera un mal guión. A destacar también las portadas de Alex Ross, llenas de detalles y con un color espectacular, como es costumbre.


Por desgracia, como buen evento editorial, llega el momento en el que todos los personajes se meten de hostias. No tiene que ser malo per se, de hecho, el entramado creado por Hickman pide a gritos una gran batalla final, pero no de esa forma tan "vamos a darle a cada uno su protagonismo", con escenas tan ridículas como gente pegándose y hablando al mismo tiempo, deus ex machina y giros de guión algo tramposos.

Y da mucha pena, porque ese entramado de falsos dioses, ciencia ficción e intrigas palaciegas tenía potencial para ser una serie mucho más larga. Al menos, al contrario que otros eventos, si que supone un cambio importante respecto a lo que había antes, y es perfecto para que un recién iniciado como yo disfrute de lo que venga en un futuro.

Nota: 7/10


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