martes, 13 de diciembre de 2016

Análisis - Bastion (Gamer invisible)


Rara vez me paro a ver trailers o avances, ya sean películas, series o videojuegos. Y también procuro pasar todo lo humanamente posible de análisis y cosas similares. ¿La razón? (además del riesgo de spoilers) Muy simple: las expectativas son muy peligrosas.

Me he decidido a jugar a Bastion cinco años después de su lanzamiento gracias a la propuesta de Rubén Rojas por iniciativa del gamer invisible, y durante esos cinco años, la gente me ha mirado mal por no jugar a Bastion. No era un gran juego indie, era EL JUEGO indie. Ganó premios y grandes notas, pero por razones que ahora no recuerdo, no llegué a jugar. Y para colmo, al que si jugué fue al siguiente juego de sus creadores, Transistor, el cual me parece maravilloso.

Y claro, no he podido evitar ponerme a los mandos de Bastion sin esperar algo de una calidad suprema. He de admitir que a primera vista enamora como pocos: escenarios llenos de detalles, música de gran calidad y un doblaje magnífico. Desde luego, en lo referente a la parte audiovisual, Bastion es uno de esos juegos que no va ha envejecer nunca.


Por desgracia, me flojea lo referente al desarrollo de la aventura. Se supone que nos cuentan una historia épica de un mundo fantástico-medieval, donde la corrupción y la arrogancia han llevado a la humanidad a su destrucción casi total. Dicho así suena muy interesante, pero lo cierto es que está explicado en casi toda su totalidad por descripciones muy breves de objetos que vas encontrando, y la mayoría de esas descripciones no pasan del "este objeto pertenecía a Pepito". Pero no se quien es Pepito. Y no parece haber información de Pepito por ninguna parte.

Ojo, que no se me confunda, me gusta cuando me cuentan una historia llena de misterios, y mucho más en un videojuego, pues yo mismo soy el que debe buscar respuestas. El problema es que en este juego se simplifica hasta el punto de dar vueltas por el escenario, con el único objetivo de encontrar algo que tal vez, solo tal vez, me de información interesante. Le veo buenas intenciones a esta idea, pero la ejecución es claramente mejorable.

Y no debo olvidarme del tema del narrador. Mientras caminas, un narrador te cuenta desde el futuro lo que hizo tu personaje. Dicho así, puede parecer muy interesante, pero habla a todas horas. Cuando caminas, cuando exploras, cuando peleas. No se calla. Y no siempre cuenta cosas interesantes. Tal vez estoy siendo injusto porque no puedo evitar compararlo con la voz que te acompaña en Transistor, pero dudo que de haber jugado en su día a Bastion hubiera tenido una opinión distinta. El narrador de Bastion es un puto pesado.


Luego está lo referente a los combates. Hay un porrón de armas y cada una se maneja de una manera completamente distinta a la otra, lo cual es muy interesante, y también hay enemigos muy variados, pero al final los combates se me hacen algo cansinos. No deja de ser un juego en el que estás todo el puto rato pegando hostias sin parar, y la mecánica de pelea no pasa del clásico esquivar-bloquear-pegar. Aunque eso si, al ser un juego bastante corto (unas 6 horas tardé en completarlo), no llega ha hacerse cansino, pero bordea el límite muy peligrosamente.

No quiero que se me entienda mal, he disfrutado mucho con Bastion. Es muy bonito, llega a ser muy desafiante y la historia no está mal, al menos en la parte conceptual. Pero como he comentado al principio, tenía unas expectativas demasiado altas con él. Al menos me sirve como lección de no esperar una obra maestra cuando empiece con algo.


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