miércoles, 1 de agosto de 2012

Sueños de un barbudo - Pasteles y Milla Jovovich


Toda la noche estuve jugando al Civilization V, juego viciante donde los haya. Sus altas dosis de adicción probocaron que me acostara a la tardía hora de las tres y media de la madrugada, y para rematar, la falta de ejercicio físico hacía que conciliar el sueño fuera poco más que imposible. Leí una buena cantidad de páginas del libro Festín de cuervos, y al final, más por agotamiento ocular que por sueño, me acosté. Después de lo que me costó dormir, me despertó una llamada pocas horas después. La falta de sueño hizo que a los pocos minutos de esa llamada me volviera a dormir, en el cual tuve un pequeño sueño, el cual procedo a contar.

Veía una película que se ambientaba en un mundo post-apocalíptico, en la cual un grupo de personas y yo nos disponíamos a atacar una gran jugueteria que hay a las afueras de mi ciudad, ya que al parecer en su interior se encontraban "los malos". De repente, la imagen se para, y resultaba que la película la estaba viendo en algún servidor online, y al parecer el servicio había llegado a su límite gratuito. Ante mi enfado, me la descargo, esta vez para que quedara almacenada en mi disco duro.

La revisión de la película me muestra una película cambiada: los actores protagonistas somos Milla Jovovich (exacto, la maciza de las películas de Resident Evil) y yo. Pertenecíamos a un ejército que peleaba contra unos extraterrestres, los cuales eran la causa del actual estado post-apocalíptico del planeta, y la juguetería que intentaban atacar en la anterior visión de la película era la casa del general del ejército en el que luchábamos.


La familia del general se iba de la casa temporalmente, y Milla Jovovich y yo debíamos quedarnos allí para asegurarnos de que nadie robara nada. Una vez la mujer y los hijos del general se fueron, entramos en la casa y comprobamos que todo está en orden. Para abarcar más terreno, nos separamos, y "la cámara" se centra en Milla Jovovich, desapareciendo yo de la imagen.

Mientras la atractiva actriz ucraniana (que por cierto, tiene un aspecto más joven que en la actualidad) registra la casa, ve a una niña en una habitación. Milla le pregunta que hace ahí, y la niña le dice que es una amiga de la hija del general. La niña le dice que se ha quedado ahí para enseñarle una cosa, mientras le estira el brazo para convencerla de que vea lo que quiere enseñarle. Milla accede, y cuando llegan a una gran sala, la niña se transforma en un enorme alien que le agarra con sus tentáculos. El cuerpo del alien está formado por una gran cantidad de cuadrados perfectos, y el alien presume de ello.

Mierda de película, pero los primeros planos a su culo son frecuentes.

Lo curioso de esta parte del sueño es que pasa de parecer una película a parecer un videojuego, ya que la cámara pasa a verse de una forma muy parecida a la que se ve en Red Star, videojuego al que videojuegue hace poco, y me encantó.

Ante el estruendo, fui al lugar para comprobar lo que pasaba, para ver a mi querida Milla atrapada. Intento acabar con el alien cortándole en pedazos, pero mis cuchilladas van justo a los bordes de los cuadrados perfectos que forman el cuerpo del alien, acto que probocó que el alien se riera de mí (tampoco es que tenviera muchas luces en este sueño).

Aquí la fase del Red Star que mi cerebro recordó.

Y ahora viene el momento cumbre: esos pequeños cuadraditos que forman el cuerpo del alien se transforman en trozos de pastel, por lo que llego a la conclusión de que la única manera de salvarla es comerme esos pasteles y abrirme paso hasta ella. Y ojo, que no me limito a comer, me pongo a cantar una canción al estilo Disney, narrando mis hechos y destacando la gran diversidad de sabores que estoy degustando. Solo me acuerdo del verso final, el cual es "Has recibido tu merecido", pero lo que tengo muy claro es que la canción era una maravilla.

Y poco después, seguramente por lo alocado que se estaba volviendo todo, me desperté. Y al despertarme llegó uno de esos angustiosos momentos que se tienen después de un sueño: pensaba que lo que había soñado había pasado de verdad, por lo tanto creía que tenía ese videojuego. Menudo chasco me llevé al darme cuenta que no era así.

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