miércoles, 4 de diciembre de 2013

Crítica cinéfila - Frozen: el reino del hielo


Ha habido una cosa que nunca me han gustado en los videojuegos: los niveles de nieve. Siempre he pensado que por la excusa de tener todo el escenario lleno de nieve, dedican poco tiempo a los detalles del escenario, además de incluir mecánicas que por lo general suelen ser molestas, como el suelo resbaladizo. Pero ahí está Skyrim, un juego en el que prácticamente todo su mapeado está cubierto de nieve, y no solo es uno de mis juegos favoritos, si no que me parece uno de los más preciosos del último lustro. Esto mismo podría decir en términos cinematográficos, y justo hoy he encontrado mi Skyrim en el cine: Frozen: el reino de hielo.

El ambiente no era el propicio para disfrutar de una película. La sala estaba llena de niños, es más, yo iba con dos niños. Incluso había una madre con un bebé recién nacido. El bebé se puso a llorar escandalosamente. La madre sacó sus glándulas mamarias para que se callara, por desgracia, desde mi posición era imposible verlas.

Contra todo pronóstico, es lo mejor de la película.
Y aún así, he disfrutado como un niño más. Es lo que tiene el estar rodeado de niños, que estás más alegre. Al contrario de lo que suele pasar cuando voy a ver otras películas, cuando habían momentos graciosos, se oían muchas risas. ¿Cómo no ser parte de esa risa colectiva? Es más, al final hay un momento que a cualquiera pilla de improvisto, ya que lo que pasa es extremadamente dramático, y en ese momento, el cine ha enmudecido. El instante después han vuelto los berridos de los niños aburridos, pero ese instante de silencio va a ser muy difícil de olvidar.

Dejando aparte el ambiente del cine, la película me ha gustado. Musicalmente está bastante bien (hay muchas canciones, y duran lo justo para que nos se hagan cansinas), la animación está muy lograda y los protagonistas no son tan hostiables como de costumbre en este tipo de películas, donde suelen destacar más los secundarios. Han aprendido de las virtudes de Enredados, en lugar de anclarse en el pasado.


Por desgracia, se parece demasiado a Enredados, tanto en la forma de llevar el argumento, como en el diseño de los personajes. Sí, es una película que me gustó, pero en una empresa de la talla de Disney, no pueden permitirse que dos películas se vean tan perecidas entre sí, lo veo un fallo garrafal, más cuando dicha empresa tuvo su época dorada rodando películas tan dispares como La bella y la Bestia, Aladdin y El rey león. No tiene porque ser necesariamente malo, ya que el que no haya visto Enredados no se percatará de esto último, pero sigue siendo algo que no me acaba de cuajar.

Me ha gustado mucho. En los últimos años Pixar se comió por completo a Disney, pero tras unos años regulares de Pixar (Cars 2, Brave, Monsters University), y unos años muy buenos de Disney (Enredados, ¡Rompe Ralph! y ahora se le une Frozen), dan a pensar que tenemos una vuelta a esa época mágica que fueron los 90. Si Zootopia, la próxima película de animación de Disney, consigue estar a este nivel, definitivamente lo habrán conseguido.

Nota: 7'5/10

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