miércoles, 19 de febrero de 2014

Crítica cinéfila - Alabama Monroe


Un tipo que toca música country y una tatuadora muy sexy se conocen y se enamoran. Pasan unos años enamoradísimos, y poco después, tienen una hija. Están muy felices con su retoña, y parece que la niña está teniendo una infancia feliz. ¡PAM! la niña tiene cáncer. Como es de suponer, los ánimos de los padres descienden a niveles muy bajos.

Alabama Monroe (The Broken Circle Breakdown fuera de España) es un DRAMÓN. Así, con negrita y subrayado. Si la pequeña sinopsis que he escrito al principio te parece excesivamente triste, mejor será que no veas más, porque la cosa empeora.

Los dramones como éstos suelen tener un problema: suelen tener un ritmo narrativo "agarrahuevos", lo que vendría a ser el equivalente a que una persona aleatoria te agarrara de tus tésticulos u equivalente femenino, los apretara, te mirara fijamente a los ojos con mirada desafiante y susurrara con voz silvana "sufre, hijo de puta". Películas con este discutible recurso narrativo las hay a patadas, siendo en su mayoría las que solemos llamar despectivamente "tele-film de las cuatro de la tarde".


Las hay que consiguen meter el drama sin recurrir al agarregüevismo (de la expresión "agarra huevos") y esas pocas afortunadas son muy buenas. Que ahora mismo pueda recordar, La lista de Schindler, Dogville y Bailando en la oscuridad. Puede que no sean las que más dinero recaudaron ni las que más premios hayan cosechado, pero esas están en la historia del cine, y a los tele-films antes mencionados nadie la recordará dentro de unos años.

Como podréis suponer, Alabama Monroe llega a esas cotas de calidad, ya que su valor cinematográfico es considerablemente alto. Los actores principales, destacando en especial Veerle Baetens (para tener 36 años se conserva muy bien la jodía) hacen un trabajo excelente, y hay que tener en cuenta que los papeles en los que se llora mucho son los más fáciles en los que se puede caer en la sobreactuación. Musicalmente está genial, tanto que nada más acabar su visionado, me he escuchado la banda sonora, y eso que absolutamente nunca me había interesado por la música country. Y por supuesto, la dirección es magnífica, en especial por los últimos minutos del metraje. Nunca había oído el nombre de Felix Van Groeningen, pero a partir de este momento, todo lo que tenga su nombre me llamará la atención.


Todo parece perfecto, pero no lo es. Por algo muy personal, pero Alabama Monroe no es perfecta. El montaje tiene un ritmo no lineal, o dicho de otra forma, van saltando en la línea temporal cada dos por tres. Y no lo hacen al estilo American History X, El padrino II o El truco final, donde quedaba bien claro lo que era el flashback y lo que no; si no que lo hacen al estilo 21 gramos o Babel. Dicho de otra forma: siguen el orden cronológico que les da la gana.

El montador debio pensar algo así: "¿Quiero empezar con una etapa avanzada de la trama? Lo hago. ¿Acto seguido pongo como los padres tuvieron su primer encuentro amoroso? A eso voy. ¿Qué a mitad película me da la gana poner casi la última escena en orden cronológico? Pues lo pongo, que para algo es cine de autor."

Puede que como firme detractor de este tipo de montajes no sea un crítico imparcial, pero opino que la cinta hubiera ganado enteros de haber tenido un montaje más tradicional. A pesar de todo, Alabama Monroe me parece una película estupenda, pero con un mal montaje. Y el montaje es uno de los aspectos más importantes en cualquier película que se precie.

Nota: 7'5/10


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